¿Es cierto que los alimentos no saben como antes?

A pesar de ser una típica creencia muy popular, aunque encuadrada dentro de aquello que en lógica se conoce como "falacia naturalista" (o creer que todo lo "natural" es "bueno" y lo "artificial" es "malo" por definición), la realidad es que no existe evidencia alguna de que los sabores de los alimentos saludables como las frutas, las verduras, los frutos secos, las legumbres y los cereales integrales hayan cambiado tanto como para no saber igual que antes. Se trata de una errónea creencia nostálgica del tipo "canción de Karina" o "cualquier tiempo pasado nos parece mejor". 

No; ni lo bio o ecológico tiene más o mejor sabor (tampoco tiene más o menos nutrientes), ni lo cultivado con pesticidas y abonos nitrogenados o cualquier otro invento "artificial" y "químico" que despierta las alarmas y los peores miedos de las personas quimiofóbicas (que tienen todo el derecho a serlo, aunque el hecho de que sus argumentos y afirmaciones sean ciertas es harina de otro costal) tiene menos o peor sabor.

El verdadero problema con los sabores de los alimentos saludables presuntamente "desaboridos" que hoy ingerimos es palatal, lo cual significa que el problema no está en el lugar donde pensamos (fuera) sino en otro (dentro): son nuestras papilas gustativas ese problema, "desprogramadas" por sobresaturación de aditivos alimentarios y estímulos palatales estudiados para que podamos ingerir los incomestibles productos comestibles ultraprocesados sin parar. Sí, el problema de que a ti (y a la mayoría) no te sepa la comida a lo que debería saber no es porque la fruta o las verduras no sepan como antes, sino porque tienes las papilas gustativas sobresaturadas de sal, azúcares añadidos y libres, edulcorantes, ácido cítrico o potenciadores del sabor entre otros distorsionadores palatales. Solo con eliminarlos unos días de tu dieta verás cómo de repente la comida empieza a recuperar su sabor.

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