Una cena de Nochebuena tan diferente
Ayer fue la primera Nochebuena perfecta de mi vida. Por fin llegó el momento en el que coincidieron todos los factores para disfrutar de las fiestas navideñas como siempre he sentido en lo más hondo de mi ser. A diferencia de lo que suele suceder en la mayoría de casos, nunca tuvo sentido alguno para mí celebrar las navidades según ciertas convenciones sociales que implican principalmente compartirlas con la familia. Siempre me he preguntado: ¿Es la familia esa gente que conoces como tu familia consanguínea (abuelos, padres, hermanos, tíos, sobrinos...) en la infancia y la primera toma de conciencia, aunque sean unos verdaderos y auténticos desconocidos para ti, incluso extraños con los que no compartes ningún vínculo más allá de la sangre, o es la familia esa gente no consanguínea pero con la que tienes una gran afinidad? Un servidor siempre ha tenido la respuesta a esta pregunta clara y tanto la sociedad como las convenciones tradicionales establecidas no han conseguido nublarle el j...