¿Adiós a las hemorroides? Espera, espera. No vayas tan rápido
Una de las cosas más fascinantes, al mismo tiempo que desconcertantes, es la imprevisibilidad de la vida cotidiana. Por mucho que queramos y deseemos con toda la fuerza de nuestra voluntad, nunca podemos augurar, ni mucho menos saber, qué nos depararán los siempre imprevisibles acontecimientos venideros. Da igual el enfoque usado, la actitud aplicada o las creencias profesadas. De ahí la importancia que siempre tiene la prudencia.
Nada me ha servido más en mi trayectoria vital que las filosofías asiáticas derivadas del pensamiento no dual, especialmente el taoísmo chino y el advaita hindú. En estas perspectivas vitales se habla de aceptar y fluir con los acontecimientos acaecidos, sin interponerse demasiado por en medio con la voluntad personal, que siempre quiere hacer y deshacer a su manera. Aunque solo se trata de una interpretación subjetiva sin más, tras haber probado ambas formas de proceder, sin duda me parecen más óptimos los resultados obtenidos con un modelo de pensamiento no dual. Pero ni siquiera eso parece ser que lo podemos elegir del todo, excepto como actitud. Luego, el desarrollo del día a día, nos lleva y nos trae, nuevamente, de maneras imprevisibles.
Tras experimentar una novedad en mi vida cotidiana, como llevar un mes y medio en "la línea" y haber desaparecido una serie de problemáticas que antes me acuciaban en relación a la alimentación y la salud, creí precipitadamente que las hemorroides (consecuencia de seguir una dieta malsana basada en atracones de productos comestibles ultraprocesados ovolactovegetarianos e intercalarla con intervenciones dietéticas más o menos saludables, para volver a recaer en la dieta malsana inicial) habían desaparecido.
Y como en ese momento era así y llevaba el suficiente tiempo así como para motivarme, me vine arriba y escribí un contundente artículo diciéndole "adiós" a las hemorroides el pasado 19 de diciembre de 2024.
Y probablemente hubiera seguido siendo así de continuar con "la línea" que llevaba, estable por primera vez durante un mes y medio, aunque cada día parecía mejorar inesperadamente, al comer solo verduras horneadas (incluyendo patatas), tofu, frutos secos crudos y tostados, así como frutas frescas enteras de postre para finalizar cada almuerzo.
Aunque estoy recuperado de la rinitis seca, no obstante este invierno está siendo muy diferente, pues cierta limitación respiratoria sigue conmigo a intervalos oscilantes, supongo que derivados del proceso patológico vivido y del frío intenso que hace. Esa limitación leve empeora o mejora (al igual que mi sensación subjetiva de bienestar o malestar) según lo que como. Así fue como descubrí, durante la fase aguda de la rinitis seca, que comer de una forma u otra mejoraba o empeoraba mi estado de salud, aunque comiera 100 % saludable. Y así fue como también descubrí que si pasaba un par de días sin comer cereales integrales ni legumbres (excepto el tofu y algo de tempeh) me encontraba más vital y saludable, pero necesitaba volver a comer legumbres y cereales integrales cada dos días. Esto implicó una costumbre digestiva que se fue estableciendo desde noviembre, con una regularidad perfecta del tránsito intestinal a diario.
Entonces llegó la Nochebuena cinco días después de escribir aquel artículo de la prematura despedida hemorroidal y "la línea" cambió, comiendo un poco de queso, mucho seitán y tofu, algo de tempeh y más patatas, reduciéndose por todo ello la cantidad de verduras ingeridas. Mi mujer también preparó unas pelotas con seitán y soja texturizada para el almuerzo de Navidad y al final seguimos comiendo de esta manera durante el resto de las navidades, lo que supuso, al parecer, un cambio drástico de las costumbres. A pesar de seguir comiendo bastantes verduras y frutas no pude evitar defecar con un poco de dificultad (aunque sin llegar al estreñimiento) y sí, por desgracia, volvieron las hemorroides.
Mi madre sufre hemorroides de grado III y IV desde la juventud, debido a un estreñimiento crónico. Hace un cuarto de siglo estuvieron a punto de intervenirla quirúrgicamente para realizarle una hemorroidectomía, pero al final lo pudo evitar gracias a una pomada de equinácea que le aconsejé durante mi etapa como naturópata. Luego, transcurridos los años, investigué a fondo la fitoterapia y no le encontré mucho fundamento, al igual que sucede con la equinácea y los equinacósidos (el principal aunque no único principio activo que contiene esta planta ornamental estadounidense) por vía interna, pero sí me dio buenos resultados en varias ocasiones por vía externa, aunque es dudoso que se deba a los equinacósidos, pues podría ser perfectamente por el alcohol que llevan los extractos de la planta.
No obstante en casa siempre tenemos mi mujer y yo la pomada citada, fabricada por la empresa suiza Bioforce AG, de A. Vogel y que se comercializa como Echinacea (crema para la piel). Se trata de un conocido laboratorio de fitoterapia fundado por el fitoterapeuta suizo Alfred Vogel (1902-1996) en 1963. Desde joven este fitoterapeuta (iniciado por su padre y abuelo en el conocimiento de las plantas "medicinales") se interesó por la equinácea, apasionándose en su estudio. Fue uno de los mayores especialistas en el conocimiento de la equinácea y creó toda una gama de productos fitoterapéuticos especializados, siendo el primer comerciante de productos derivados de la equinácea que garantizaba el contenido estandarizado de los principios activos, tanto en forma de extractos hidroalcohólicos como secos.
Tras el fin de las navidades y el comienzo del nuevo año he vuelto a retomar "la línea" tal y como la llevaba antes, pero he tardado unos pocos días en alcanzar de nuevo la regularidad anterior del tránsito intestinal, con la consecuencia de la pequeña inflamación y continua molestia dolorosa incomodante hemorroidal. En apenas dos días usando la pomada de A. Vogel aplicada sobre el recto han desaparecido la inflamación y los dolores, recuperando la normalidad posthemorroidal.
Mis platos de comida más recientes (junto con las verduras horneadas) han sido estos:
Mezcla de setas, champiñones y hongos salteados con AOVE.
Mezcla de verduras a la jardinera y un predominio de coliflor, todo salteado con AOVE.
"Queso" vegano de anacardos al natural, triturados con levadura nutricional, AOVE y pimentón de la Vera dulce.
Salteado de tofu, champiñones y calabacín con AOVE.
Tempeh macerado en salsa de soja y salteado con AOVE.
Y la primera compra en Mercadona para dar comienzo al nuevo año 2025:








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