Análisis exhaustivo del caso Yovana (antes Rawvana)
Yovana Mendoza Ayres es una muy influyente youtuber californiana de origen mexicano que, hace aproximadamente una década, se volvió muy popular en Youtube gracias a un canal llamado Rawvana, con un seguimiento que superaba los tres millones de suscriptores.
El canal estaba íntegramente dedicado a la dieta crudivegana y a defender toda una serie de creencias presuntamente relacionadas con la salud y un estilo de vida saludable (básicamente tratamientos de "desintoxicación", ayunos y belleza basados en el crudiveganismo). Luego pasó al veganismo. Y por último sucedió algo accidental e inesperado que lo cambió todo. Pero... ¿Qué pasó? Empecemos por el principio.
Yovana Mendoza Ayres hace un cambio drástico y radical en diciembre de 2012 cuando debe enfrentarse a una intervención quirúrgica. Hasta ese momento tenía problemas con el alcohol y el tabaco, además de falta de ejercicio y llevar una dieta insaludable.
Entonces empiezan los verdaderos problemas a todos los niveles cuando acude a un centro de presunta "desintoxicación" en San Diego, California, Estados Unidos. Esa presunta "desintoxicación" se realiza a través de un frugivorismo radical fundamentado en solo ingerir frutas y verduras crudas, junto con ayunos de zumos, jugos y/o licuados, basándose en un par de métodos, como la (pseudo) "terapia" Gerson o las creencias del doctor Douglas N. Graham, un médico quiropráctico estadounidense retirado, que se inventó una dieta llamada 80/10/10, basada únicamente en un frugivorismo radical: alimentarse solo a base de frutas y verduras crudas. Ya empezamos, por tanto, no mal sino muy muy mal.
Como podemos ver en el vídeo superior Rawvana se presenta y cuenta su historia para inmediatamente después transmitir una serie de creencias muy populares en las pseudociencias derivadas del naturismo, el higienismo, la pseudomedicina y las pseudoterapias: comer a base de frutas y verduras crudas para estar saludables, tomando jugos y licuados para así no enfermarnos ("no se van a enfermar", dice literalmente en los últimos segundos del vídeo). Pero... ¿Hay algo de cierto en ello? Veamos las cosas paso a paso y por partes.
Sí, es cierto que las frutas y las verduras son 100 % saludables. De hecho la evidencia científica que tenemos desde hace treinta años afirma que es necesario comer frutas y verduras a diario si queremos tener un estado óptimo de salud y reducir las probabilidades de enfermar (lo cual nunca significa ni implica que no enfermaremos, ya que las enfermedades son multifactoriales y no dependen de una única decisión saludable como alimentarnos correctamente). Por tanto afirmar que "no se van a enfermar" es una afirmación infundada, peligrosa, gratuita y fuera de lugar cuando tenemos una influencia tan grande como la de Rawvana, siendo más grave si cabe afirmar que no enfermaremos si comemos frutas y verduras crudas. O lo peor de todo: si tomamos jugos y licuados.
Pero vayamos por partes. Lo primero es analizar la idea de seguir un tratamiento de "desintoxicación", que es como empieza Rawvana su presentación. ¿De dónde viene esa idea? ¿Tiene algún fundamento?
La idea de la "desintoxicación" como clave para entender la salud y las enfermedades proviene del higienismo estadounidense de la segunda mitad del siglo XIX y del naturismo europeo de principios del siglo XX. Esta idea especulativa pero infundada se basa en una creencia cuya afirmación principal explica el origen de todas las enfermedades como una acumulación de "toxinas" derivadas de un estilo insaludable de vida, pero principalmente se ponía el énfasis en la alimentación. Se suponía, según la hipótesis principal, que tras años de acumular esas presuntas "toxinas" enfermábamos. Por descontado que la creencia nunca ha podido demostrarse ni probarse, por tanto es equivalente a creer en Dios, en ángeles, en demonios, en energías místicas... Únicamente se trata de una creencia más sin fundamento real, basada en una quimera y entelequia, o lo que es lo mismo: una cosa irreal en la cual crees o no crees. Por tanto estamos ante un acto de fe.
El verdadero problema llega cuando las supuestas maneras de tratar ese inconveniente, para presuntamente resolverlo y por tanto recuperar la salud, se fundamentan en intervenciones y alteraciones de nuestra conducta alimentaria que nos pueden ocasionar una mayor cantidad de problemas, agravar nuestra condición patológica o (como es el caso de Yovana) enfermarnos perdiendo la salud. Pero el caso citado de esta youtuber es más grave si cabe por el nivel de influencia tan grande que tiene.
Lo primero a entender de una vez por todas es que los alimentos saludables, si bien es cierto que son esenciales para prevenir muchas enfermedades, en conjunción con un estilo de vida saludable que incluya no fumar, no beber alcohol nunca y hacer ejercicio a diario, no son fármacos y por tanto no sirven para tratar enfermedades, especialmente graves, crónicas o degenerativas.
Cuando lo incumplimos y nos aferramos a las creencias promulgadas por las pseudociencias como el higienismo o el naturismo o la macrobiótica o la paleodieta o la dieta 80/10/10 o cualquier variante de lo mismo y que afirme tener las respuestas a la salud, al origen y causa de las enfermedades o lo peor de todo, a la curación de las enfermedades, lo único que objetivamente sucede es, por norma general y a grandes rasgos, un empeoramiento del ya dañado estado precario de salud que tenga la persona enferma y que suele acudir a las pseudociencias con desesperación cuando ya está desahuciada. El verdadero peligro ocurre cuando la persona no ha llegado a ese nivel de gravedad pero su patología es seria y requiere tratamientos médicos importantes. En el peor escenario, una persona puede estar incluso sana y enfermar por culpa de venirse arriba cuando descubre estas pseudociencias, tomándoselas demasiado en serio, sin contrastar la información con otro tipo de fuentes acreditadas, la mayor de las cuales es la nutrición basada en la evidencia, confiando únicamente en lo que Julio Basulto Marset, uno de los mayores referentes en la nutrición basada en la evidencia, llama "cuñadietistas". Aquí tratamos el paradigmático caso ejemplar de Yovana. ¿Enfermó por volverse vegana o por confiar en "cuñadietistas" que llevaban el veganismo al extremo, sin contrastar la información que manejaba o tal vez por una amplia cantidad de factores que van más allá de la dieta?
Según la evidencia científica de la que disponemos hoy por hoy, una dieta vegetariana (vegana) y ovolactovegetariana BIEN PLANIFICADA es totalmente compatible con la salud y no genera ninguna carencia nutricional, a diferencia de lo que cree la mayoría de la población poco o mal informada.
Por tanto es altamente improbable que Yovana enfermara debido a seguir una dieta vegana, pero sí es muy probable que lo hiciera por seguir una dieta crudivegana frugívora basada en frutas y verduras crudas, así como en jugos y licuados.
Es lo mismo de siempre: llevar las cosas al máximo extremo es contraproducente se mire como se mire y hace que las cosas se vuelvan del revés. Si bien es cierto que comer frutas (solo crudas y sin procesar) y verduras (crudas y cocinadas) es la base más saludable por definición, no obstante comer solo frutas y verduras crudas es muy insaludable porque genera infinidad de carencias y puede enfermar a la persona si se sostiene el suficiente tiempo.
Pero lo más interesante de todo es: ¿Qué pasa con los jugos y licuados que tanto patrocinaba Rawvana, afirmando que no era necesario que todos sus suscriptores se volvieran crudiveganos pero sí tomaran más jugos y licuados? ¿"Desintoxican" el organismo, nos vuelven supersaludables y curan el cáncer, la esclerosis lateral amiotrófica o el sida, como afirma, por ejemplo, el método Gerson? La triste realidad es que ni "desintoxican" el cuerpo ni mucho menos curan nada. La fruta solo tiene valor nutritivo saludable cuando se presenta en su matriz sin procesar ni cocinar. Los azúcares que contiene son intrínsecos y son los únicos saludables. En el momento que la procesamos rompiendo su matriz los azúcares se liberan y son exactamente igual de insaludables que los añadidos. Tomar un jugo o licuado es equivalente a nivel fisiológico a tomar un producto comestible procesado al que le hayas añadido mucho azúcar. Aunque es cierto que tiene los micronutrientes o la fibra que la caracterizan en el licuado, las cantidades de azúcar libre que contiene el licuado lo vuelven insaludable.
Pero yendo ya al quid de la cuestión... ¿Qué pasó con Rawvana? Desde principios de 2014 se volvió viral, popular y muy influyente, en temas de alimentación y salud, convirtiéndose en una referente virtual del crudiveganismo (y del veganismo por extensión). Recordemos que el veganismo es una filosofía ética y estilo de vida basado en no consumir, utilizar ni explotar a los animales. Esto jamás significa, por definición, que las dietas veganas estén bien planificadas ni que sean saludables, porque la verdadera importancia primordial del veganismo no es la salud humana sino una actitud filosófica ética y también política. Por tanto la salud humana sería algo coyuntural pero secundario (y de ahí la cantidad de insaludables productos comestibles ultraprocesados que podemos encontrar en el mercado y los festivales de celebración y promoción, como sucedáneos veganos de los productos de origen animal).
A principios de 2019 Rawvana fue sorprendida accidentalmente comiendo pescado mientras estaba de viaje con su amiga colombiana Paula Galindo, otra influyente personalidad de Internet en temas de belleza, durante un viaje a la isla de Bali, Indonesia. Todo sucedió porque la colombiana, que usa el alias Pautips, subió un vídeo a Instagram y se vio a Rawvana comiendo pescado, mientras intentaba esconder las evidencias. A partir de ahí se vino abajo su perfil youtubero como Rawvana, subiendo un vídeo explicativo poco tiempo después, donde, entre explicaciones basadas en creencias pseudocientíficas (como el repetitivo cliché de la "inflamación"), contó que llevaba tiempo experimentando problemas de salud, especialmente SIBO (según sospecha de su médica). Pero... ¿Qué es SIBO?
SIBO son las siglas en inglés de sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado. Es un síndrome heterogéneo o afección médica que consiste en una alteración patológica de la microbiota (los microorganismos) en el intestino delgado. Por norma general la microbiota abundante está en el intestino grueso y colon, no en el intestino delgado, pero en esta alteración patológica aumentan los microorganismos desproporcionadamente en esa zona y por tanto se producen una serie de problemas digestivos que pueden provocar malabsorción de nutrientes y por tanto, desnutrición. El tratamiento es mediante fármacos antibióticos y una regulación dietética específica. En esa regulación se debe restringir mucho o incluso eliminar el consumo de azúcares fermentables, pero es totalmente compatible con una dieta vegana. Por tanto no es necesario comer productos de origen animal para tratar la enfermedad, como Yovana dio a entender (y sigue haciéndolo) en su día, hace un lustro, al cambiar sus creencias y pensar ahora que una dieta vegana no es saludable (al menos para ella). El problema está en el mismo lugar donde originaron el resto de problemas anteriores: las creencias pseudocientíficas, pues Yovana, evidentemente, decidió no tomar antibióticos para tratar su problema de salud, creyendo que los antibióticos no van a la raíz del problema. Se trata de una creencia muy popular en las pseudociencias. Simplemente lo que pasó es que Yovana decidió dejar de ser vegana y volver a ser omnívora como una cuestión personal.
No existe ninguna evidencia de que el SIBO se produzca por llevar una dieta vegana y no consumir productos de origen animal. Estamos en las mismas de antes: las enfermedades no son cuestión de llevar una alimentación y estilo de vida saludable y ya está, eso nos protege de toda patología. No funcionan así las cosas.
Aunque Yovana nunca se pronunció en contra del veganismo o en la creencia de que el veganismo le provocara sus problemas de salud, el comportamiento posterior y más reciente parece indicar que sí podría haber algo de eso, pues ha seguido persistiendo en su actitud pseudocientífica crudívora, pero ahora se ha pasado al extremo opuesto, en plan paleodieta o dieta hipotóxica de tipo ancestral, también conocida como dieta Seignalet, por su creador, el inmunólogo francés Jean Seignalet (1936-2003), comiendo carne, huevos, vísceras, todo crudo. También está alimentando a su hija pequeña, que tuvo hace pocos años, a base de productos de origen animal crudos (leche, huevos y vísceras). Y aquí sí que estamos ante un serio peligro, debido a la cantidad de enfermedades infecciosas muy graves que pueden ocasionar esos alimentos, donde la cocción es muy importante.
En un vídeo que subió a finales de 2022 a su nuevo canal de Youtube donde se reinventó como Yovana (con 2,39 millones de suscriptores), aunque siguiendo con el equívoco reclamo de la alimentación y el estilo de vida saludable, cuenta sus problemas de salud iniciales con el crudiveganismo, problemas carenciales totalmente compatibles con una dieta crudivegana sostenida durante tres años, pues el crudivorismo, sea del tipo que sea, no tiene ninguna base ni fundamento, tanto fisiológico como biológico, siendo únicamente una creencia primitivista infundada, que malinterpreta el paleolítico, lo que comían aquellos ancestros y de qué manera lo hacían. Puede generar problemas carenciales perfectamente porque los alimentos crudos son más difíciles de digerir y si encima son de origen vegetal, la fibra impide absorber muchos nutrientes que con la cocción están disponibles. Los únicos alimentos que siempre debemos comer crudos y sin procesar son las frutas. También es frecuente la supresión de la menstruación en mujeres. Pero más que únicamente por el crudiveganismo es por el frugivorismo radical que Yovana siguió durante esos tres años.
Luego afirma que tras comer de forma vegana con cocción su estado de salud empeoró, se le caía el cabello y entonces llegó el SIBO. Los síntomas carenciales experimentados podrían ser perfectamente por tener SIBO de antemano, pues es un trastorno patológico difícil de diagnosticar y sus síntomas se confunden con otras patologías digestivas crónicas, pero precisamente se caracteriza por una malabsorción de muchos nutrientes y la desnutrición derivada, es decir, los síntomas que presentaba Yovana. Su conclusión fue que debía volver a comer productos de origen animal. Podría ser, yo no tengo ni idea, pues no soy médico, dietista-nutricionista ni especialista endocrino como para opinar, pero mis sospechas con Yovana y su verdadero problema residen en las decisiones que luego toma y que me hacen dudar por completo de si verdaderamente esos problemas eran por el veganismo o en realidad por una serie de creencias extremadas y pseudocientíficas que le llevaron a tener no pocos problemas de salud, pero que por desgracia persisten en la actualidad aunque en el extremo opuesto: crudivorismo animal infundado.
Afirma haber empezado la transición comiendo caldo de huesos de res, huevos y pescado. Luego fue incorporando pollo y grasas de origen animal. Su última intención era quedarse embarazada y para ello dice que debe "ponerse las pilas" a nivel hormonal y... ¿Cómo lo hace? ¡Exacto! Con un "doctor holístico". Ya. Bueno. Más de lo mismo. Pseudociencia a raudales.
¿Y el resultado? Una dieta alta en proteína y grasa animal. Precisamente lo contrario a lo que la evidencia científica afirma que es saludable, es decir, reducir la proteína y la grasa animal (más vegetales, menos animales). Desayunaba a partir de entonces carne molida (es decir, carne procesada, la más insaludable según la evidencia), con huevos y espinacas ("almuerzo, proteína, cena, proteína; empecé a comer proteína en todas mis comidas"... Se entiende, proteína animal: "empecé a comer muchísima más carne, hígado, pollo, hasta cerdo").
Pero la apoteosis llega en los últimos ocho minutos del vídeo cuando afirma haber comido el hígado y el corazón crudo de un bisonte recién sacrificado. Ahora come todos los órganos de los animales y usa su grasa para cocinar y de cosmética. Brutal. Alucinante. Pero evidentemente ese comportamiento extremo e infundado por descontado que no tiene nada que ver con la salud, como tampoco lo tenía que ver su crudiveganismo frugívoro radical, sino todo lo contrario. Para poner la puntilla final afirma que "comer carne es muy sano" y "quiere hacerle ver a gente que la carne roja es buena y saludable". Sin comentarios. Ya está bien de despropósitos "cuñadietistas" coronados.
Todo un ejemplo a tener en cuenta de lo que pueden hacernos las pseudociencias cuando queremos creer en entelequias y quimeras que pueden ser bastante dañinas. El verdadero problema y grave peligro de los casos estilo Yovana es la difusión internáutica que tienen estas personalidades de Internet y el daño objetivo que pueden estar haciéndole a los demás, especialmente a suscriptores y gente que se toma en serio sus opiniones sin ningún fundamento.
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