Las extravagancias del doctor Hamer en nombre de la salud
Técnicamente hablando soy un auténtico pseudocientífico, lo cual no significa que sea un defensor de las pseudociencias.
No hablo en nombre de la ciencia básicamente porque no tengo ninguna formación académica ni tampoco científica, lo cual no significa que ignore el valor que tiene la evidencia científica, basada en una metodología exhaustiva y rigurosa (de ahí el merecido prestigio que tiene).
Yo vengo a grandes rasgos del mundo del naturismo. Entre febrero de 1997 y febrero de 1999 hice un curso de naturopatía por correspondencia en un centro de Barcelona. También hice cursos de quiromasaje (presencial) e iridología (por correspondencia) en Alicante e hipnosis clínica (por correspondencia) en Valencia. Así que ya te puedes hacer una idea de mi procedencia y formación: soy el arquetipo de pseudocientífico por definición.
¿A cuento de qué viene esta confesión personal (que ya la habré hecho antes)?
Desde la segunda mitad de 1995 me hice ovolactovegetariano (hasta la primera mitad de 1997 cuando lo dejé, volviendo a finales de 2015) y descubrí el naturismo. Nada sabía de ciencia ni de medicina ni tampoco de dietética o nutrición excepto lo que me contaban los referentes del naturismo, a los que tomé como las verdaderas autoridades en la materia. Era joven, ignorante, ingenuo y nada sabía todavía sobre todo lo que luego iría descubriendo por los años, la experiencia y las ganas de aprender más allá de mis limitados horizontes personales.
Lo primero e inmediato fue meterme de lleno en todas las pseudociencias, a través de dos formatos muy populares: la pseudomedicina y las pseudoterapias.
En estos dos formatos de las pseudociencias siempre se habla de lo mismo: la medicina "oficial" o "alopática", para dar la sensación de que existen varios tipos de medicina, con la obvia intención de desacreditar y hacer una crítica más o menos fundamentada a su proceder, para, a continuación, presentar las supuestas y presuntas "alternativas" (que se suelen catalogar como "medicina alternativa" o "medicina complementaria" o "medicina holística" o "medicina integrativa").
Evidentemente yo también lo hice, creyendo que era una verdad obvia y que todo el mundo lo entendía por igual, hasta que al indagar a fondo, descubrí que pocas veces podría haber estado más equivocado: la medicina "convencional", "oficial", o "alopática" no existe, de la misma forma que no existen "medicinas alternativas" ni "complementarias". Todo eso son catalogaciones e inventos que provienen de las propias pseudociencias, pero no se sustentan a nivel académico ni científico. Solo existe una medicina y es la que se enseña en las universidades cuando estudiamos la carrera de medicina y la especialidad que elijamos. Luego se ejerce en centros sanitarios públicos o consultas privadas. Los tratamientos ofrecidos son los aprobados tras una extensa investigación científica rigurosa y sus límites son los del conocimiento humano en una época dada. Por eso no se para de investigar y como resultado de ello, la ciencia avanza y lo incurable hoy es curable (o al menos tratable) mañana. Lo demás son inventos pseudocientíficos (a menos que se demuestre lo contrario y entonces pasan a formar parte de la medicina) basados en especulaciones subjetivas y arbitrarias, sin estudios rigurosos serios y por tanto, infundadas, en las que podemos o creer o no creer, como sucede con la religión. Toda la pseudociencia en cualquiera de sus vertientes y variantes es un acto de fe personal.
Y todo este rollo de introducción viene a colación del tema tratado aquí ahora.
Fue en algún momento de 1999, mientras estudiaba el curso presencial (único que hice presencial) de quiromasaje en un centro de Alicante, cuando entré en contacto con aquello que por aquella época se llamaba "Nueva Medicina" y que pocos años después acabaría siendo conocido definitivamente como "Nueva Medicina Germánica".
El profesor y dueño del centro era un fiel seguidor de esta pseudomedicina y yo había leído algo sobre ella unos meses antes en una revista de misterios y enigmas, creo recordar que en un ejemplar de Año Cero. Al ver mi interés y aproximación al tema empezó a contarme de qué iba y cómo "funcionaba", pasándome una fotocopia de "las tablas". En aquella época no había libros publicados sobre el tema y todo era como muy clandestino y oculto, con la potente sensación sugestiva de lo herético, así como formar parte de algo "perseguido". "Las tablas" eran una serie de fotocopias en formato DIN A3 dobladas, donde se correlacionaban los tejidos embrionarios asociados a los síntomas patológicos en vagotonía y en simpaticotonía, junto al presunto "foco de Hamer", el "DHS" y el "conflicto" que hipotéticamente desencadenaba los síntomas patológicos. También recuerdo vagamente las correlaciones "cerebro-psique-órgano".
A partir de ese momento me motivé sinceramente durante un lustro y recuerdo que me pregunté a mí mismo: ¿Y si se trata del descubrimiento más importante del siglo XX y pauta todo el siglo XXI a punto de ser inaugurado, revolucionando de verdad la medicina?
No tardaría mucho en descubrir la verdad y quedar totalmente decepcionado tras estudiar a fondo la subjetiva metodología anticientífica y ponerla en práctica.
Aunque el profesor de quiromasaje me habló largo y tendido de su fundador, el doctor Hamer, luego me dediqué a indagar todo lo que pude en su vida, creencias, hipótesis y afirmaciones.
Pero... ¿Quién es el doctor Hamer?
Ryke Geerd Hamer nació el 17 de mayo de 1935 en Mettmann, Alemania y falleció el 2 de julio de 2017 en Sanderfjord, Noruega debido a un derrame cerebral. Fue un médico alemán inhabilitado por mala praxis y teórico de la conspiración que, a partir de 1978, tras la desafortunada muerte accidental de su hijo Dirk, empezó a inventar lo que en un principio llamó "Nueva Medicina", pero que acabó catalogando como "Nueva Medicina Germánica" o "NMG".
La "Nueva Medicina Germánica" o "NMG" es una pseudomedicina especulativa sin fundamento de tipo alguno, que ideológicamente parte de un idealismo radical (la mente por encima de la materia) y en su proceder utiliza un tipo de subjetividad intuitiva arbitraria, donde las enfermedades, a pesar de las pretensiones de su fundador como hechos biológicos supervivenciales irrefutables, se reinterpretan en realidad como actividades psicoemocionales simbólicas y de origen conflictivo, asociándose cada síntoma patológico con una metáfora arbitraria, intuitiva y totalmente subjetiva, aunque con apariencia de correlación, llegando a exponer argumentos falaces y muy sesgados, como por ejemplo afirmar que un cáncer de pulmón no tiene nada que ver con el tabaquismo o la exposición a contaminantes ambientales, sino a un miedo visceral a morir y por tanto los tumores solo son la respuesta de la biología para que entre más aire (oxígeno) al crear tejido pulmonar nuevo. La solución, según esta argumentación falaz, es comprender el "conflicto" psicoemocional que ha desencadenado ese miedo y resolverlo. A partir de ahí, se supone que el organismo se deshace de los tumores y recupera la salud curándose a sí mismo, por tanto la quimioterapia o la radiación o la cirugía no solo son procedimientos innecesarios sino perjudiciales, pues impiden la "curación natural" del organismo.
Por afirmaciones y procedimientos como el ejemplo anterior, el doctor Hamer perdió su licencia médica por mala praxis y fue inhabilitado, ya que "trató" a una amplia cantidad de personas con cánceres y enfermedades terminales a través de su metodología, negándoles cualquier tratamiento médico, fuera farmacológico, fuera quirúrgico, incluyendo analgésicos, pues según su opinión los analgésicos desconectaban el cerebro y por tanto la psique no podía enviar las informaciones correctas de curación y recuperación.
¿Adivinas cuál fue la reacción del doctor Hamer ante su comprensible y obvia inhabilitación médica y problemas legales posteriores al obcecarse en seguir "tratando" a pacientes? Sí, evidentemente se volvió un teórico de la conspiración en su versión más antisemita, afirmando que había una "conspiración sionista genocida" orquestada por judíos poderosos que querían silenciarlo para curarse ellos en exclusiva todas las enfermedades con su pseudomedicina, negándosela a los demás. Según sus afirmaciones, la quimioterapia y la morfina se usa para asesinar legalmente en masa a la gente. Por descontado que las agujas hipodérmicas tienen un uso inequívoco: implantar "chips" con "cámaras de veneno" que se activan vía satélite para matar selectivamente a pacientes concretos. No, no te estoy contando el argumento de la última película de Ron Howard. Lo siento pero no estoy de broma ni tampoco me lo acabo de inventar. Se lo inventó el doctor Hamer él solito.
Otra de sus aparentemente "brillantes" ideas de cosecha propia, codificada en una de sus "cinco leyes biológicas", es la especulación subjetiva, nuevamente infundada, de que los microorganismos patógenos no lo son, sino todo lo contrario, ayudando a los tejidos tumorales o enfermos a regenerarse. Por tanto los antibióticos y la higiene (la verdadera causa principal de que ahora vivamos tantos años y la esperanza de vida sea tan larga) no solo son innecesarios sino contraproducentes, impidiendo que nos sanemos de verdad, pues según su criterio una infección grave no es una enfermedad sino un proceso de curación mediado por el trabajo simbiótico de los microorganismos liberándonos de tumores y tejidos enfermos sobrantes que, se supone, están descomponiendo durante las fases agudas de la infección.
Por descontado que según la "Nueva Medicina Germánica" y sus "hijos herederos" posteriores la alimentación no tiene repercusión alguna en la salud ni tampoco promueve o estimula enfermedades. Se trata del caso opuesto al resto de pseudomedicinas y pseudoterapias, donde la dieta es una parte muy importante de la salud, incluyendo el higienismo y naturismo, donde la dieta es lo más importante.
Mi conclusión personal es: que durante unos años investigué a fondo la "Nueva Medicina Germánica" del doctor Hamer y sus acólitos estudiantes, que a partir de la segunda mitad de la década de 1990 fueron por libre, apropiándose la metodología hameriana, pero poniéndole otros nombres, como "Biología Total" (el primero), "Descodificación Biológica Original" (el segundo) o "Bioneuroemoción" (el tercero), renegando por descontado el doctor Hamer de esos, sus imitadores principales (hay muchos más pero no son tan populares). Tras las pertinentes investigaciones y aprendizaje exhaustivo de la metodología, la puse en práctica, conmigo, con mi entorno y en "consulta" naturopática. Nunca jamás, ni una sola vez, recibí un mínimo resultado, por tanto tuve que desistir. A mi juicio (hace dos décadas que abandoné el ejercicio de la naturopatía y las pseudociencias) la "NMG" y sus imitadores derivados venden una especie de "consuelo" laico psicologizado para gente desesperada, desahuciada, grave o muy creyente y que no encuentra solución actualmente a sus males, mediante una forma reinterpretada de fe, en base a una creencia estilo: es la voluntad divina, por tanto, reza y encomiéndate a dios para que se apiade de ti y te cure.


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